El modelo de repatriación de inmigrantes desde España está cambiando. Lo constata la ONG Pueblos Unidos en su informe anual, en el que describe el auge de las “expulsiones sumarias”
“Por lo menos, deberÃan darles un cepillo de dientes”. La petición de Miriam, si se tiene en cuenta lo que está viviendo, parece modesta. Su hijo Raúl (18 años), desapareció de la noche a la mañana de su vida en España -llevaba más de tres años estudiando aquÃ-, de su instituto, de sus amistades y de su familia y, tras 40 horas en comisarÃa -el plazo máximo para retenerlos allà sin ponerlos a disposición judicial es de 72-, salió de Barajas rumbo a su Honduras natal. En ese tiempo, nadie le dio un miserable cepillo con el que asearse. Tampoco nadie informó a su madre de su marcha: se enteró ocho horas más tarde.
Esta misma semana en que la inmigración ha mostrado en el Mediterráneo sus dientes más amargos, con la desaparición de más de 700 personas, y Europa se pregunta qué hace y qué deberÃa hacer ante esta tragedia, la ONG Pueblos Unidos, dependiente del Servicio Jesuita a Migrantes (SJM), ha presentado su informe anual sobre los Centros de Internamiento a Extranjeros (CIE) -el paso teóricamente previo a su expulsión del paÃs-. Un informe en el que, por primera vez, ha puesto el acento en otra realidad: la de las ‘expulsiones exprés’. Las cifras obligan: según datos de Interior, en 2013 se expulsó a 4.726 personas desde los CIE, y a 6.462 desde comisarÃas, como le ocurrió a Raúl.
“Se les expulsa en 72 horas, sólo con el paso por comisarÃa. No hay asistencia letrada, salvo en la comunidad de Madrid, y se dificulta su acceso a una tutela judicial efectiva”, narraba en la mañana del miércoles Miguel González, del SJM. “Son vecinos que desaparecen”, añadÃa José MarÃa Trillo, coordinador jurÃdico de Pueblos Unidos: “Es un método más eficaz de expulsión que el internamiento en un CIE, porque se reducen sus posibilidades de defensa. Se hacen sin garantÃas, pues no se les suministra asistencia letrada, y con engaños, a veces, para que acudan por sà mismos a las comisarÃas”. Trillo citaba además dos aspectos clave de estas expulsiones “sumarias”: primero, “no se valoran las circunstancias personales ni el arraigo” y, segundo, “afecta especialmente a personas con mera estancia irregular en nuestro paÃs”, no a quienes tienen un procedimiento judicial abierto por algún delito, pues esto, paradójicamente, les otorga más garantÃas judiciales.
“Entendemos que se están creando dos modelos paralelos” -relataba en la presentación del informe Cristina Manzanedo, también de Pueblos Unidos-; “los CIE han sido muy cuestionados, asà que por otro lado están estas ‘expulsiones exprés’, que son más baratas, más eficaces y más invisibles, pues se producen en horas y sin intervención judicial”. Miriam, por ahora, ha emprendido acciones legales. Mientras se resuelven, demanda, al menos, un cepillo de dientes para quienes pasan por lo mismo que su hijo.
Publicado en El Confidencial el 22 de abril de 2015
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