Skip to content


“Si mi abuela supiera que soy prostituta, me aplaudiría, porque no soy una víctima”

“Si mi abuela supiera lo que hago, me aplaudiría, porque no soy una víctima”. Lo dice Isabel Holgado Fernández, antropóloga, experta en trabajo sexual y también, como ha asegurado en público esta semana, prostituta. En el extremo opuesto, Rosario Carracedo, portavoz de una organización que defiende la abolición de esta práctica, sentencia: “Dice un cliente en un foro: ‘A pesar de mis preferencias, el mejor polvo que he echado es con una china. Se dejaba hacer de todo’. Esas palabras reflejan sin cinismo lo que piensan los prostituidores y la naturaleza de su relación. La prostitución es inaceptable”. Son algunos de los testimonios que se han oído esta semana en una jornada que ha acogido la Fundación Ortega-Marañón bajo el equívoco título de Libertad Sexual y sus Implicaciones en la Actualidad. Equívoco porque de lo que realmente se hablaba allí es de un tema “espinoso”, como refería una de las organizadoras, María José Villaverde, catedrática de Ciencia Política de la Complutense: la prostitución. Equívoco, sí, pero necesariamente, porque el proyecto estuvo a punto de irse a pique por no encontrar sede y financiación y por la negativa de personas con diferentes enfoques sobre el trabajo sexual a sentarse en la misma mesa. Quizá porque la prostitución sigue siendo una palabra y una realidad tabú, que muchos prefieren no ver y de la que muchos quisieran no oír. En esta jornada, sin embargo, se han escuchado, por primera vez frente a frente en España, las posturas absolutamente contrapuestas de quienes conocen este tema. Y, también, la voz de las propias prostitutas:

-“Propongo una solución salomónica, diferenciar entre la esclavitud sexual y el comercio libre de los cuerpos”. Enrique Gil Calvo, catedrático de Sociología de la Complutense, defendió la existencia de dos realidades, la esclavitud y la transacción sexual entre libres e iguales: “En el primer caso, el cliente es un cómplice criminal; en el segundo, no se le puede criminalizar”. En cualquier caso, sostuvo, “en esta sociedad que va hacia una mercantilización generalizada de la vida, percibo que la prostitución va a estar cada vez más liberalizada”.

-“Las organizaciones criminales dedicadas a la trata van en Ferrari; nuestro sistemas represivos, en 600”. Fiscal delegada provincial de Extranjería y Delitos Sexuales de Girona, Sandra Fagil recalcó que las instancias policiales, judiciales, etc. “van mucho más atrás que los delincuentes” e incidió también en que los nexos entre la trata de seres humanos -el “tercer negocio más lucrativo del mundo”- y la prostitución son tales que a la hora de perseguir la primera “sigue habiendo confusiones”. Subrayó que hoy las penas a las que se enfrentan estos delincuentes son “muy graves” (entre cinco y ocho años que los agravantes pueden alargar considerablemente), la ausencia de datos ciertos y fiables en España y la incongruencia de un sistema que pide a las víctimas que colaboren (la mayoría de las pruebas en estos casos son testificales), “pero no les da alternativas para escapar a su red, para tener una vida nueva. ¿Quién quiere volver a Nigeria, cuando además los ‘malos’ conocen a tu familia, a tu hijo…?”.

Colomo, Gil Calvo, Carracedo, Cobo, Villaverde, López Riopedre, Poyatos y Fagil. Colomo, Gil Calvo, Carracedo, Cobo, Villaverde, López Riopedre, Poyatos y Fagil.

-“Mi negocio es como otro cualquiera”. Ni explotación ni coacciones ni comisiones. Es más, cuando la asesora fiscal Patricia Ferrer Rafael, regente y co-propietaria de un club de alterne en Ibiza desde 1999, detecta la huella de las mafias, recurre a la policía. Es lo que sostuvo en su intervención, en la que aseguró que su club proporciona la infraestructura para que las trabajadoras realicen su trabajo, cobrando una tarifa por el uso de las instalaciones. “La prostitución no va a erradicarse jamás y lo que hace falta es regularizarla, normalizarla y que sea una relación mercantil como la de cualquier trabajador”, señaló.

-“La prostitución ha pasado de ser un negocio casi artesanal a una multinacional vinculada a la economía criminal en 30 años”. Para Rosa Cobo, profesora de Sociología de Género de la Universidad de A Coruña, la prostitución “surge de una estructura patriarcal y neoliberal y su lógica de privatizar todo lo que encuentra a su paso. En mujeres de extrema pobreza, se pueden privatizar sus cuerpos”. Cobo insistió en la falta de legitimidad del ‘contrato’ entre cliente y prostituta y en que la prostitución, “resultado de la desigualdad de género y económica, se convierte a su vez en una fuente de desigualdad por su fuerza en el imaginario colectivo”.

-“Se habla de la prostitución como un modelo de sexualidad, cuando sólo es sexual para una de las partes, los prostituidores”. Portavoz de la Plataforma de Organizaciones de Mujeres por la Abolición de la Prostitución, Rosario Carracedo abogó por el modelo sueco -donde se penaliza al cliente-, y cuestionó el propio título de las jornadas: “Parece que prostitución y libertad sexual forman parte de una misma realidad, y se parte de una postura ideológica que admite desde el punto de vista teórico y de la actuación política la diferenciación de los grados en que la sociedad permite el consumo de mujeres. Sin embargo, si aspiramos al principio de igualdad entre hombres y mujeres la prostitución es inaceptable”.

-“No somos trozos de carne que se venden y no queremos una protección estatal que no necesitamos”. Así de contundente se mostró Cristina Garaizábal, presidenta del colectivo Hetaira, que, desde una postura antagónica, defendió la prostitución como trabajo, la “libertad y autonomía” de quienes la ejercen, “los derechos de plena ciudadanía” de las prostitutas inmigrantes y la “negociación de espacios” para que trabajan en la calle. En la prostitución, dijo, “hay empresarios, no proxenetas”, haciendo hincapié en la distinción con la trata, y en el sector “puede haber explotación laboral, no sexual”.

-“El ambiente en los pisos de contactos es similar a los pisos de estudiantes”. Así describió José López Riopedre, sociólogo, coautor de Trabajando en la prostitución y abogado (conoce de primera la operacion Carioca) lo que ha encontrado en su trabajo de campo, centrado en la prostitución brasileña y rumana en el noroeste de España: “Pisos de contactos en los que trabajan mujeres que llegaron a nuestro país, muchas veces sabiendo a lo que venían, y que después de un tiempo en locales de alterne se dieron cuenta de que les salía mejor independizarse”. “Las mujeres se juntan en un piso, aúnan esfuerzos y se autoorganizan, y la jefatura suele ser femenina”, describió Riopedre, quien recalcó que sus estudios no pueden generalizarse y defendió “eliminar del Código Penal la palabra prostitución. Ya hay herramientas en él para prevenir abusos y coacciones”.

-“Hay dos falacias: primero, que la prostitución no es un trabajo; segundo, que no está regulada”. Así lo explicó Glòria Poyatos, jueza decana de los juzgados de Lanzarote y autora de La prostitución como trabajo autónomo (libro que escribió tras conseguir darse de alta ante Hacienda como prostituta, y que ha inspirado la primera cooperativa de trabajadoras sexuales en España): “Una resolución del Tribunal Europeo y dos sentencias del Supremo (de una de ellas fue ponente Carlos Lesmes, actual presidente del CGPJ), desmienten que la prostitución no sea una actividad profesional; y el hecho de que no tenga una regulación específica no quiere decir que no esté regulada”. Poyatos dijo partir “de una realidad que ojalá no existiese, pero es la que es. Soy jurista y realista, y mi deber es proteger. Las prostitutas no pueden ser tratadas como infrasujetos, y debe distinguirse la trata, la prostitución coactiva y la que no lo es”.

-“Se piensa que una prostituta no sabe hablar”. Autora del libro y del blog Una mala mujer y “persona que ejerce el trabajo sexual” desde hace décadas, Montserrat Neira se refirió a sí misma -con ironía- como “mujer prostituida”, término usado por los abolicionistas. Sin embargo, para ella la prostituta es quien controla la situación, ya que “los hombres pagan por adelantado, y la trabajadora sexual puede incluso no cumplir el acuerdo”. Neira, de hecho, sostuvo que la trata es un porcentaje mínimo de la prostitución y denunció que sus víctimas son ignoradas por el Estado. Su experiencia arrancó con 29 años, cuando, divorciada, con hijos y sin formación, se quedó en paro y acudió a un piso donde se quedaban una comisión del 50%. Después, llegó el estigma: “No sólo no podía contárselo a nadie, sino que una vez en unas jornadas abolicionistas conté mi caso y me dijeron que necesitaba tratamiento psiquiátrico”.

-“Si la prostitución es un oficio del que trabaja con su cuerpo, habría que prohibir todo tipo de trabajos”. La Asociación Sex Asistent, entre otros fines, tiene el de crear un espacio que posibilite el “acompañamiento sexual, sensual o afectivo” a discapacitados o personas con diversidad funcional por parte de profesionales. Rafael Reoyo González, activista por los derechos de estas personas, habló del doble tabú que existe alrededor de ellos -respecto a sus cuerpos y su sexualidad- y reclamó “el “fin del ‘minusvalidismo’ y de la lástima”.

-“La tasa de infección por VIH entre las prostitutas es menor que entre las mujeres que no realizan trabajos sexuales”. Menor, incluso, que entre los hombres heterosexuales, por la práctica extendida entre ellas del uso del preservativo. Es lo que sostuvo Concepción Colomo, pionera en programas de salud sexual. “Desde el punto de vista médico, son ineficaces las medidas represivas y de obligatoriedad de controles sanitarios a las prostitutas”, aseguró.

-La limitación de la prostitución es producto “del mito del amor romántico”.Profesora de la Universidad Miguel Hernández de Elche (Alicante), Purificación Heras es autora de un trabajo empírico sobre la prostitución que puso de relieve “la vulnerabilidad de las trabajadoras sexuales”, debida, según ella, a las políticas restrictivas. Eso en una sociedad que “jerarquiza la sexualidad” y considera que “el sexo es malo y debe ser castigado”.

Reoyo, Sáez, Fernánde-Llebrez (moderador), Garaizábal, Neira, Holgado.Reoyo, Sáez, Fernánde-Llebrez (moderador), Garaizábal, Neira, Holgado.

-“Los que sostienen que las mujeres prostitutas no optan o no deciden no dicen la verdad”. Magistrado de la Sala de lo Penal de la Audiencia Nacional, Ramón Sáenz recalcó que la prostitución voluntaria “es una realidad innegable”, y rechazarla “dificulta la protección de quienes realmente deben ser protegidos”. “El Estado no debe intervenir para criminalizar el intercambio remunerado y voluntario de sexo entre adultos capaces”, y la prohibición incluso “fomenta la trata y la explotación laboral”, aseguró.

-“La prostitución per se no es un mal; es un pacto entre dos personas adultas que consienten de forma libre”. Isabel Holgado, antropóloga, coordinadora de LICIT (Línea de Investigación y Cooperación con Inmigrantes Trabajadoras del Sexo) y consultora de la red Sex Workers Project, quiso presentarse también como “trotona”, usando el viejo término castellano que en Cuba significa prostituta. Las prostitutas “somos sujetos actuantes con estrategias de vida distintas”, señaló y narró la anécdota de una inmigrante, Iliana, a la que un periodista le preguntó si tenía orgasmos con sus clientes: “Nunca, ni con mis clientes ni con mis amantes. ¿Sabes cuándo los tengo? Cada vez que voy a Western Union y les envío 300 dólares a mis hijos”. Añadía Holgado: “Si supiera lo que hago, mi propia abuela me aplaudiría porque no soy una víctima, como tampoco se muestra como una víctima Iliana, sino como una persona con voluntad propia”. Y concluyó: “El estigma permite el irrespeto más lacerante”, la “violencia cultural”.

Publicado el 3 de mayo de 2014 en El Confidencial

Posted in Uncategorized.

Tagged with , , , , , , , , , , , , , , , , , , , , , .


0 Responses

Stay in touch with the conversation, subscribe to the RSS feed for comments on this post.



Some HTML is OK

or, reply to this post via trackback.