“Amigos y amigas”. El ‘guiño’ tardÃo al lenguaje polÃticamente correcto con el que Mariano Rajoy encabeza sus discursos es una de sus pocas concesiones a la modernidad polÃtica. Bien, Rajoy nunca ha brillado excesivamente en márketing: basta recordar su famosa ‘niña’, que quedó inmortalizada en caricaturas y bromas viralizadas para el recuerdo como la‘niña de Rajoy’. Tampoco ha apelado nunca el presidente en funciones a la novedad, sino más bien a su querido “sentido común”. Sin embargo, de sus oponentes, esos que hablan de un tiempo nuevo en polÃtica, sà podrÃa esperarse algo más rupturista. Pero no. La nueva polÃtica está echando mano de un diccionario de expresiones, figuras y eslóganes que llenaban las portadas de los periódicos (en papel) hace décadas. ¿Por qué?
“Puedo prometer y prometo”
Emulando a Adolfo Suárez, Pedro Sánchez se lanzó al ruedo de su acto de proclamación como candidato para el 26J con la famosa frase del primer presidente salido de las urnas que tuvo España después de la dictadura. CompartÃa escenario con Susana DÃaz, y quizá de ahà vino la elección del modelo, un Suárez que puede llegar al imaginario alejado de extremismos y ligado al centro. “El PSOE ha pegado muchos bandazos, y necesita volver a situar su mensaje en el centro. Se busca un reposicionamiento”, señala José Luis Ãlvarez, profesor de liderazgo en INSEAD y autor del libro Los presidentes españoles (ed. Lid). El intento, según Ãlvarez, es que “se piense que hay equidistancia entre el PP y Podemos, y que no la representa Ciudadanos; es un intento de ocupar un espacio que C’s piensa que es su espacio natural”. De ahà el “puedo prometer y prometo decencia; puedo prometer y prometo diálogo; puedo prometer y prometo dedicación” de Sánchez.
Sin embargo, aunque DÃaz y otros barones vigilen cualquier escoramiento de Sánchez a la izquierda de Podemos, lo cierto es que buena parte de los votos socialistas se los está disputando al partido de Iglesias, entre un electorado joven y más de izquierda que de centro. “La clave está en que es una figura carismática. Es obvio que la mayorÃa de los menores de 35 no conocen su figura, pero les suena. Igual que los que somos de otras generaciones no hemos visto jugar a Zarra, pero sabemos que es carismático”, sostiene José Luis Sanchis, pionero de la consultorÃa polÃtica en España, director de más de un centenar de campañas electorales en todo el mundo y colaborador de Suárez en aquellas elecciones del “puedo prometer”, las de 1977. Para Sanchis esa reivindicación de Sánchez de la figura de Suárez obedece más a una búsqueda al “elector de centro y centro izquierda”, pero eso no quita que haya “entre 100.000 y 200.000 electores”, de izquierdas y de edad avanzada, para quienes Suárez sigue siendo un referente al que recuerdan “no tan de derechas”. Para Ãlvarez, en todo caso, “es muy tarde” para que el PSOE recupere el voto joven y de ciudad que se le ha ido a Podemos.
En todo caso, la alusión de Sánchez a aquel “puedo prometer” es “poco original”, según Ãlvarez, y responde a que “algún asesor no tuvo un buen dÃa”. Entre otras cosas, porque Suárez representa una “polÃtica predemocrática”, y el hecho de tomar su figura como modelo (por Sánchez y otros) “en una época de desprestigio de la polÃtica, es preocupante”: “SerÃa el equivalente a la figura de Trump en Estados Unidos. Se ensalza al que no es polÃtico”.
#NosUneSuárez, ¿o nos separa?
Pero la reivindicación del expresidente no viene sólo por el lado del PSOE. En aquel pacto entre Sánchez y Rivera, el cuadro elegido para escenificar la firma fue El Abrazo, de Juan Genovés, uno de los iconos de la Transición, y en Ciudadanos la referencia a Suárez es más que habitual. “No me puedo comparar con Suárez ni en broma, pero espero que haya coincidencias”, ha afirmado el lÃder naranja, aunque más bien parece que sà quiere que se haga esa comparación. El PP, por su parte, lanzaba poco después del discurso de Sánchez el hashtag #NosUneSuárez, y con él tuitearon y retuitearon varias de las formaciones populares, incluido el propio presidente.
Reivindicamos una forma de hacer polÃtica mirando al futuro desde el diálogo y la tolerancia #NosUneSuarez pic.twitter.com/cpXFKNvp2L
— Partido Popular (@PPopular) 16 de mayo de 2016
Para Sanchis, la apelación a su figura por parte del PSOE no tiene “ninguna lógica. Si hay un partido que lo atacó en su dÃa fue el PSOE. ¿No recuerdan cuando lo llamaban ‘tahúr del Misisipi’?”. Lo hizo Alfonso Guerra, aunque para Sanchis la pugna por el expresidente tiene más que ver con PP y Ciudadanos: “Su figura puede ser un argumento para decidir el voto de entre medio y un millón de electores, y eso puede llevar a ganar o perder unas elecciones”. “El PP utiliza a Suárez más como reacción que por iniciativa propia. Y Ciudadanos busca lo mismo que el PSOE”, añade Ãlvarez, “apropiarse del centro, aunque con una figura curiosa, que puede definirse como supra o infrademocrática, pero que desde luego no responde al momento actual”.
Programa, programa, programa
“Estamos en un momento de falta de ideologÃa, y los partidos se tienen que agarrar a eslóganes y pequeños ‘trucos’ publicitarios”, sostiene Ãlvarez. “El PP, con Rajoy, no tiene ideologÃa. El PSOE ha perdido el referente socialdemócrata. Ciudadanos es puro posicionamiento. Los únicos que la tienen, nos guste o no, son Podemos e Izquierda Unida, y por lo tanto son también los únicos que pueden apelar al programa”. Los lÃderes de estas formaciones ciertan, para este analista, en sus habituales referencias al machacón estribillo que durante tanto tiempo repitió Julio Anguita. Coincide Sanchis con Ãlvarez: “Aciertan en el fondo, porque IU y Podemos tienen una serie de valores muy determinados. Y en la forma, puesto que el ‘programa, programa, programa’ tuvo mucho éxito”.
La ‘pinza’
También a Anguita recuerda una de las expresiones rescatadas de la historia para el 26J: “la pinza”. El concepto, que atacaba a mediados de los 90 un supuesto acuerdo entre el PP e IU para echar a Felipe González, lo ha usado del PP -para criticar la ‘pinza’ entre PSOE y Ciudadanos-, el PSOE -sobre las coincidencias entre Rajoy e Iglesias-, Podemos -sobre la ‘gran coalición‘-… “Con estas expresiones lo que se intenta generar son respuestas automáticas no bien pensadas. Una salivación”, dice Ãlvarez. “Lo que ocurre es que ahora cuando juegan cuatro jugadores y ninguno es mayoritario, tiene que haber alianzas. Usar esa palabra lo que realmente significa es que los polÃticos españoles no están acostumbrados a las coaliciones; son ‘pinzas’, sÃ, pero forman parte del juego táctico normal cuando hay tantos jugadores. Es una simple campaña de publicidad negativa. Es como si pensaran que los españoles no están acostumbrados a esos juegos polÃticos multipartidistas”, señala.
En el mismo sentido se manifiesta Sanchis: “La ‘pinza’ responde a la ley electoral, que dicta que será presidente el que consiga mayorÃa de diputados, no de electores. Y eso quiere decir que tiene que haber pinza”. Sanchis puso de moda otra expresión, la famosa ‘horquilla’ electoral, y sostiene que “cuando una palabra tiene fortuna, como la tuvo ‘casta’, sigue siendo valiosa”. Quién sabe, quizá en 20 años alguien vuelva a poner de moda la famosa ‘casta’ que tanto se escuchó en las primeras campañas de Podemos y hoy nadie nombra.
‘Unidos Podremos’
No pasa de la anécdota, pero el nombre de la coalición elegido por Iglesias y Garzón, Unidos Podemos, tiene precedentes históricos. “Unidos podremos” fue, de hecho, el lema de una campaña elaborada por José Luis Sanchis para una campaña del presidente de Canarias Fernando Fernández a finales de los 80. “Era una época polÃtica muy parecida a la actual, en la que se necesitaba consenso”. A Sanchis el Unidos Podemos le parece “un buen eslogan, aunque su gestación ha sido un problema”, y se pregunta qué futuro tendrá, incluso en las papeletas. Por ahora, de hecho, el logo de Unidos Podemos no recoge ni su propia denominación.
Pero el de Unidos Podremos no es el único antecedente. En 1982, el comunismo andaluz eligió un “Juntos podemos”, que se saldó con un fracaso electoral (66 escaños del PSOE por 8 del PCE) del que el PCE hizo entonces una lectura clara: la de que el lema, al que se calificó de ambiguo, favoreció el voto útil al PSOE. Una lección de la que quizá deberÃan tomar nota en Unidos Podemos. Porque, como señala Sanchis, la polÃtica, “sus objetivos, medios y técnicas”, más allá de Internet, “es sustancialmente la misma que hace 25 años”.
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